En los últimos años, la escultura de la misteriosa “Dama de Elche” ha creado mucha controversia entre investigadores y teóricos, y el debate continúa desde hace más de un siglo. Su enigmático tocado o casco con espirales en forma de rueda es desconcertante para los arqueólogos ya que muchos creen que podría estar relacionado con una antigua civilización perdida, e incluso con seres de otros mundos, los Anunnaki.
La impresionante escultura de la Dama de Elche fue descubierta en el yacimiento arqueológico de La Alcudia en Elche, España. Aún no se identifica si fue una reina imponente o una sacerdotisa poderosa, allo que ha generado cierto debate entre teóricos e investigadores.
Varias hipótesis apuntan a que esta enigmática mujer puede ser en realidad una reina mora, una bruja y una forastera pero aún así, una “visitante extraterrestre de otro planeta”. Sin embargo, los arqueólogos creen que el busto es una representación ibérica única de la diosa madre cartaginesa Tanit, utilizada como urna funeraria en la antigüedad.
El busto policromado fue tallado en piedra caliza porosa de 56 cm de alto, 45 cm de ancho y 37 cm de profundidad. Además, pesa 65 kg (143 lb). Fue descubierto accidentalmente por un labrador Manuel Campello Esclapez mientras limpiaba con fines agrícolas la ladera sureste de La Alcudia en la finca La Alcúdia, en Elche.
Los expertos creen que la escultura pertenece al S.IV a.C., lo que confirma la existencia de una cultura ibérica extinta. Lo que más ha sorprendido a los arqueólogos es la perfecta escultura intacta, en comparación con otras de la región. Esto ha llevado a muchos teóricos a sugerir que el busto fue “descontextualizado”. En resumen, fue removido deliberadamente de algún lugar y colocado donde fue encontrado. De esta manera, podría haber sido protegido o escondido de manera que nadie pudiera encontrarlo. O si lo hicieron, su significado no estaba claro.
El busto es de mujer de rasgos perfilados, perfectamente ataviada con tres llamativas prendas: una túnica, un vestido y una capa abierta. También tenía rastros de pintura en el momento de su descubrimiento, lo que significa que quien lo esculpió muy posiblemente lo pintó.
Sin duda, lo más sorprendente de la escultura son las grandes “espirales” que enmarcan su rostro. Estos parecen ser algún tipo de peinado o trenza. Además, tiene aretes que se extienden hasta los hombros y un enorme adorno alrededor de su cuello. Es plausible que puedan ser parte de su tocado o algún tipo de casco extraño.
El origen desconocido de la Dama de Elche
El origen sigue generando muchos debates en la comunidad científica. Los arqueólogos no lograron llegar a un consenso y las teorías solo traen más desorden. La hipótesis más aceptada por el momento es que la escultura es ibérica y que podría ser la representación de una reina muy influyente, debido a las condecoraciones que tenía.
Otros investigadores apuntan a que se trataba de una sacerdotisa o diosa de sumeria. Una emperatriz de la Atlántida que profesaba la iconografía del dios Anunnaki Isthar, pero éstos ocultarían los restos a la humanidad de su auténtica procedencia. Es más, el hallazgo de una especie de medallón encontrado en Utah (EE.UU) que tiene grabada una imagen casi idéntica a la Dama de Elche con inscripciones en escritura cuneiforme tiene las mismas orejas, rituales y collares que revelaría la conexión que tienen ambas reliquias a pesar de las extensa distancia que hay entre ambos continentes.
Según las teorías convencionales, el tocado es solo un peinado. Sin embargo, no se conocía ninguna cultura en el área que usara elementos tan extravagantes en su vestimenta. Por tanto, la Dama de Elche no pertenecería a ninguna comarca conocida.
Según el filósofo griego Platón, la Atlántida estaba situada en esa región de la Península Ibérica. Además, el casco de la Dama de Elche reflejaría una sociedad avanzada. Actualmente, el busto se encuentra en Madrid y su réplica en el Museo de Arqueología e Historia de Elche.
Fuente: worldnews
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